Conoce a Glynn
Mi recorrido fitness
Todo comenzó en 1989, cuando trabajaba en el mostrador de un viejo gimnasio de levantamiento de potencia. Conoces el tipo…sucio, ruidoso y abarrotado de gigantes. Yo era el chico pequeño. Resultó ser que los gigantes eran “gigantes amables” y me tomaron bajo sus alas.
Aprendí más de los levantadores de potencia y los fisiculturistas sobre la aplicación de grandes levantamientos compuestos y la aplicación de los alimentos que todo lo que había aprendido en mi educación universitaria. Pasé toda mi vida en la escuela, aprendiendo el por qué esas aplicaciones funcionaban tan bien y la química y la biología detrás de la aplicación. Era un nerd (y sigo siéndolo). El tener una directiva y una pasión en la universidad ayuda mucho.
El primer gimnasio donde, cuando era un chico de catorce años, los miembros y empleados realmente me tomaron bajo sus alas, ¡y me enseñaron muchas cosas!
Un día, un otorrinolaringólogo local llegó y me preguntó (sí, a mí, al “chico pequeño” en el mostrador) si podía ayudar a su hijo, que estaba fuera de forma, a aprender a ejercitarse. Me pagaría diez dólares la hora.
En ese entonces, para alguien de mi edad, ¡eso era una buena pasta! No había pensado en ser un entrenador. Pero, caramba, ¿qué era un entrenador, a fin de cuentas? Sólo las celebridades tenían entrenadores.
Y así comenzó
Resultó que realmente disfruté empatizar con las necesidades del chico y encontrar una manera de hacer que las sesiones fueran productivas y gratificantes para él.
Me enganché. También tuve la gran suerte de que una excelente y bien educada entrenadora atlética (quien también era una levantadora de potencia con récord mundial) me tomó bajo sus alas y me enseñó el siguiente nivel de entrenamiento.
También estuvieron otros dos fisiculturistas de nivel nacional que me enseñaron sobre la buena alimentación para competencias. Fueron fundamentales para formar mi base y mi pasión para comprender cómo las comida nos afecta.
Una competencia llamada “Olimpiadas de Burke”. Uno de los eventos era hacer sentadillas con un peso igual a tu peso corporal por un número máximo de veces. Creo que eran 175 lbs en la barra, y pude hacer 41 sentadillas. Era un loco terco, ¡pero gané!
Seguí teniendo clientes a lo largo de toda mi educación y después de eso. En ese entonces, como estudiante de grado y de postgrado, propuse y ayudé a desarrollar el programa de entrenamiento personal del centro estudiantil de fitness de la Universidad de Delaware.
Como estudiante estaba enfocado sólo en los cursos que me ayudaran a entender realmente la respuesta del cuerpo humano a la comida y el ejercicio.
“Casé” las dos especialidades de Ciencias Nutricionales y Fisiología del Ejercicio. Ese plan curricular existe ahora, pero no a mediados de los noventas.
El director del departamento estaba muy contento de permitirme cambiar “Cestería básica” por clases avanzadas de bioquímica y fisiología.
Todo marchaba sobre ruedas. Nunca perdí el ritmo y pasé directamente de mi último semestre como estudiante de grado a mi primer semestre como estudiante de postgrado.
Durante la universidad, puse a muchos miembros de fraternidades y hermandades en escena para lo que se llamó “verse fit”. Este individuo siguió al pie de la letra todo lo que le dije que comiera, ¡y arrasó en la competencia!
Un gran contratiempo
Disfrutaba de mi tiempo en el programa de postgrado con la percepción de que todo iba perfectamente. Incluso era coautor de una grandiosa investigación.
Luego la decana del departamento de postgrado me arrojó una barricada y tuve que frenar en seco. Ella aseguró que las clases de postgrado que tomé durante mis años como estudiante de grado no contaban para obtener mi título de postgrado. Tendría que repetirlas.
Definitivamente, había algo de fricción.
Ella incluso me dijo: “Nunca llegarás a nada en esta industria”. Y todo porque no estaba dispuesto a seguir su sistema.
Hasta donde sabía, la ambición era algo que se recompensaba.
Así que mi impulsivo yo de 23 años se fue muy molesto y nunca miró hacia atrás.
Eso fue un error, porque tuve que haber luchado contra ese problema. En mi mente yo ya había absorbido toda la información necesaria para cumplir con los requerimientos.
Esto todavía es algo de lo que me arrepiento.
De vuelta al gimnasio
Para 1998 era el gerente de fitness en un gimnasio local. Convertí su programa de entrenamiento personal en una máquina productiva y rentable. Descubrí cómo tener éxito en esta industria.
Yo a los 26. Decidí participar en la vieja competencia de EAS “Body For Life” con mi esposa, y como un método de demostración social de que sabía lo que hacía como entrenador. No tengo interés en el culturismo, pero esto fue divertido y no muy difícil.
Mi primer proyecto – Patinadores artísticos
Finalmente, en el año 2000, mi esposa Rose y yo fundamos Paradigm Fitness. En ese entonces ella era una patinadora artística sénior y yo reconocí un nicho sin explotar en el mundo del patinaje artístico.
Los patinadores no estaban siendo entrenados fuera del hielo para contrarrestar su deporte y mantener sus articulaciones equilibradas.
Pasé mucho tiempo aprendiendo la mecánica del deporte y desarrollé un sistema de entrenamiento que mantuviera sus articulaciones en equilibrio, minimizando las lesiones y maximizando la fuerza y la resistencia sobre el hielo.
Una de las patinadoras olímpicas que entrenamos apareció en Sports Illustrated. Su entrenamiento con Rose fue reseñado en el artículo.
Funcionó tan bien que tuve la fortuna de poder trabajar con patinadores artísticos que participaron en el campeonato mundial y en las olimpiadas.
Incluso, la Asociación de Patinaje Artístico de Estados Unidos me envió al Centro de Entrenamiento Olímpico por una semana para aprender más y trabajar con sus entrenadores. ¡Fue una oportunidad grandiosa
Mercado en crecimiento
El negocio creció más allá del nicho del patinaje (de vuelta a mis raíces). Ahora Paradigm Fitness tiene muchos entrenadores y un doctor en Terapia Física en su plantilla.
Nuestros clientes han evolucionado hacia personas en rehabilitación postoperatoria y adultos mayores (ahora que estoy a mediados de mis cuarentas, puedo identificarme con ellos). Como te puedes imaginar, en todos estos años, he visto y oído casi todo.
Hora de conectarse
Por mucho tiempo mi buen amigo (quien también era entrenador y ahora es un aficionado a la web) intentó hacer que comenzara un blog y compartiera mis años de educación y experiencia con más personas.
Siempre me decía: “Piénsalo, Glynn, ¡puedes ayudar a muchas más personas que sólo a los clientes de Paradigm!”.
Bueno, finalmente me convenció y, gracias a su apoyo, ahora es el momento de llevar mi educación y experiencia a las masas. ¡Te doy las gracias por formar parte de ese grupo!
Mi filosofía como un blogger
En mis muchos años como entrenador y escritor he visto tendencias ir y venir. He aprendido a no seguir a las multitudes y a cuestionar todo. Hay que saber qué tipo de investigación es, quién la financió, cómo fluye el dinero, si son habladurías, si está probado y es real, etc.
Sé que los individuos quieren y necesitan hacer mejoras en su salud y estado fitness.
Pero, lo más importante, quieren sentirse cómodos con la información que se divulga.
Ejercitarse y comer bien son cosas que no todas las personas perciben como placenteras, así que me esfuerzo mucho en descubrir qué es lo que les hace “clic” y en encontrar una forma para que no sólo progresen, sino para que de verdad se sientan mejor.
Senderismo con la familia
Cuando no soy un entrenador personal
Paso tanto tiempo como pueda con mi esposa y mis dos hijos. Me encanta hacer senderismo y acampar cuando el tiempo lo permite, preferiblemente con mi familia.
He formado un grupo de senderismo matutino en Pennsylvania, en el que compartimos gratas conversaciones mientras exploramos las colinas. También soy un ávido lector, tanto de ficción como de no ficción. ¡Esto es ejercicio para el cerebro!